3.4.1985
La raíz de la serie Cordillera está en la Sierra del Aramo, que se ve desde las ventanas del nuevo estudio. La fuerza del Aramo es grande pese a sus dimensiones. Son montes potentes y el sol poniente les da el aspecto de una gran mole negra. Nunca había tenido la sensación de que Oviedo está en una cuenca, en una especie de fin de lengua de glaciar. Los primeros dibujos son muy gestuales, jugando con el negro casi dominante. Qué capacidad de comunicación tiene el negro. Hay también distintos grises, naranja y verde oliva. Las acuarelas con la tinta me producen la sensación de la lucha del viento en las cumbres, de la fuerza de la naturaleza que apenas percibimos. Es como si estuviese atrapando un poco de esa energía que cambia sin cesar.
